miércoles, 30 de septiembre de 2015

El lienzo azul

Amanece. El rocío le pone gotas de sudor a los caballos que tiran del arado y perlas transparentes a las rosas que florecen en el jardín. El sol asoma en el horizonte, limpio y puro, alargando sombras, entibiando la mañana,  alegrando el alma de esperanza y sueños renovados. El labrador trabaja la tierra; la mujer desmaleza el jardín, entre pétalos de colores.


La mañana se despereza y bosteza en una brisa que pasa y se pierde en la vastedad de la pampa. En su agitar de alas acaricia los trigales, meciendo sus rubias cabecitas de oro llenas de granos que el  molinero transformará en harina y el panadero en pan.
El cielo es un lienzo azul donde Dios dibuja una bandada de pájaros: gorriones y tordos que en una estela de puntos oscuros, se diluye en el horizonte. Unas nubes que pasan parecen siluetas blancas de formas varias. Esbozos que perfilan el escenario donde se proyecta una casita de adobe, un horno de barro exhalando humo, un molino, algunas vacas, una veintena de ovejas y un perro celoso cuidándolas; una mujer desmalezando su jardín y un labrador trabajando la tierra con un arado.

Un cuadro de la Argentina naciendo al mundo: una familia de colonos alemanes del Volga recién inmigrados al país a fines del siglo XIX colonizando la pampa virgen, ese inmenso trozo de suelo donde en el futuro brillará el nombre de una ciudad, Coronel Suárez, y el de tres pueblos: Santa Trinidad, San José y Santa María.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Los Amigos Musiqueros - En vivo Vol. 1

Album: En vivo  Vol. 1
Bitrate: 128
Tamaño del archivo: 74.9 Mb
Caratulas: -
Año: -
01- Polca de mi suegra.
02- Sacando miel sin careta.
03- Polca popular 1.
04- Ladrillo bayo.
05- El picurú – La pollera amarilla .
06- Polca Maravilla.
07- Las tres manzanitas.
08- Viejita llevame a casa.
09- Mi ponchillo colorado.
10- En la montaña.
12- Tres ratas, tres gatos .
13- Polca popular 2.
14- Cuando mi mujer me hace rabiar.
15- Vivimos sin problemas – El cepillo.
16- Santa Marta – La guitarra.
17- Rutz Tutz.8
18- La jota cordobesa.
19- Deci que si.
20- La lora .
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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Rulo Grabovieski

Inicios
Grabovieski nació en Apóstoles el 28 de noviembre de 1955, es el primer hijo de los siete que nacieron producto del matrimonio de Doña Anastasia Korol y Don Luis Grabovieski. Su papá también fue músico, tocó el acordeón en un grupo musical «Los Ases de la Alegría» hasta que Rulo cumplió seis años.
Rulo comenzó a tocar a los dieciséis años después de haber ido a clases con la profesora Blanquita Oroño.


En 1972 fue contratado para tocar en un casamiento y a la semana siguiente -un día martes- otro, con dos acordeones y una batería, no contaban con equipo de amplificación. Así comenzó su carrera como músico actuando en bailes de la zona: en Las Tunas, Azara y San José, y también en esos años participaba como músico y bailarín del Vallet Vesná de Apóstoles.

Como integrantes lo acompañaban con otro acordeón Ramón Grabovieski y Lito Solonezen en la batería. Al año se sumó Carlos Herrera y Gerónimo Durán.

Luego los integrantes fueron cambiando con el pasar del tiempo, muchos fueron los músicos que lo acompañaron.

Los 4 Ases
En el año 1982 se inicia en el plano profesional con Los 4 Ases y la grabación de su primer disco «Apóstoles Ciudad de las Flores», siempre manteniendo el ritmo y el estilo que hasta hoy lo identifica con Kolomeikas y Corridos. Así comenzaron a transitar por las radios y la televisión y por lugares de la provincia que anteriormente no llegaban y también otras provincias como Chaco, Corrientes, Entre Ríos y otros países como Paraguay y Brasil.


Con un estilo propio que resulta la mezcla de la música ucraniana y algo de otras colectividades (alemana, brasilera e italiana) sumada a la música regional hace de Los 4 Ases un género particular pero siempre pensando en la fiesta familiar.

Participan hace muchos años en la Fiesta Nacional e Internacional del Inmigrante en Oberá, precisamente en la colectividad Ucraniana y en los festivales de toda la región, como el Festival de la Yerba Mate en Apóstoles, Festival del Litoral en Posadas, Festival del Tarefero en Concepción de la Sierra, Festival de la Mojarrita en Azara, Festival del Té en Campo Viera, Festival del Agricultor en Andresito, Fiesta Nacional y Provincial de la Cerveza en Leandro N. Além, Festival de la Canción en Liebig Corrientes.

Hoy con un grupo de diez personas (6 músicos, 1 sonidista y 2 utileros), Los 4 Ases llevan la música a muchas fiestas con equipo de sonido, luces y un móvil para el traslado propios.


Discografía de Los 4 Ases
Apóstoles Ciudad de las Flores” 1982
En el corazón de todos 1984
Llegaron 1988
A todo ritmo 1989
Simplecito 1991
Vigencia 1995
Súper Disco 1997
Fiesta Nacional del Inmigrante En Vivo 2003
Siguiendo a Los Ases 2004
Kolomeika Popular 2005
Los 4 Ases En Vivo 2005
35 Años (incluye Video Clip) 2007
Marcha del Inmigrante 2011
Desenredando 2013


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Videos de Die Dorfmusikanten de Santa Anita

Aqui algunos videos de este grupo




125 años de Aldea San Antonio

En la Aldea San Juan

En la Fiesta de La Polka y El Chamame

domingo, 13 de septiembre de 2015

Grupo Sol - Y Su Nuevo Estilo Vol.02

Album: Y Su Nuevo Estilo Vol.02
Bitrate: 128
Tamaño del archivo: 29.7 Mb
Caratulas: Frontal
Año: -
01- Recorriendo Las Aldeas.
02- Amanecer en tus brazos.
03- El Gaucho Pachanguero.
04- Isabela.
05- Polca Maravilla.
06- Viejita Llevame a Casa.
07- La Chancha De Federico.
08- La Cau.
09- Mantelito Blanco.
10- Navegar.
11- Pasodoble.
12- Puente Pexoa.
13- Muevete con este Ritmo
14- Juntando Fardo En Lo Gross.
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Agradecimiento Especial a Ruben Abel Eichhorn de General Ramirez  por compartir este material.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Doña Elisa Gareis Bohn, abuela alemana del Volga (Historia de su vida)

Abuela desayunó. Rezó su rosario, murmurando las plegarias en susurros suaves y dulces. Con paso lento y cansino –tenía noventa años- caminó hacia la ventana. Corrió la cortina y miró hacia la calle. Estaba desierta. El sol apenas asomaba en el horizonte. La luz era un crisol de colores eclosionando en la lejanía del campo.
Volvió a su silla. Abrió la Biblia, escrita en letra gótica, y leyó, concentrada y con profunda fe. Transcurrieron los segundos, los minutos… Conversaba con Dios, solía decir cuando leía la Biblia. Estaba tan concentrada en ese menester que no veía ni oía nada de lo que ocurría a su alrededor.
A las diez levantó la vista de las Sagradas Escrituras. Miró el reloj. “Hora de tomar mate”, pensó fiel a su costumbre de todas las mañanas. Tenía sus ritos que mantenía desde años tan remotos que ni ella recordaba cuando los puso en vigencia.


Preparó el mate sin apenas hacer ruido. Ella y la casa eran silencio. Un silencio opresivo e indescifrable. La gente –que habla y se mete a opinar donde no debe- decía que vivía en el pasado, que estaba loca. Poco le importaba a abuela lo que pensaran los demás. Ella vivía como le enseñaron sus ancestros. Vestida de negro; rezando; conservando costumbres y tradiciones milenarias… Mientras afuera los tiempos cambiaron y la modernidad trajo nuevas vestimentas, costumbres y modas y nuevos inventos de los cuales desconocía la mayoría, un poco por pereza y otro poco por desinterés.
Se sentó a tomar mate, cavilando recuerdos. Reflexionando. Sí, pensó, reflexionar y pensar y recordar era todo lo que hacía desde hacía muchos pero muchos años. Desde que su esposo murió, desde que sus hijos se casaron y se fueron de casa, desde que la vida y la sociedad cambió, desde que, lentamente, fue envejeciendo sin darse cuenta de que ya no tenía sueños ni tampoco anhelos por cumplir. Se sentía satisfecha. Deseó ser esposa y madre. Como manda Dios. Y cumplió. Lo demás son trivialidades, solía decir cuando sus hijos, alguna vez la instaron, hace muchos años, a buscar un nuevo motivo para seguir viviendo.
Con el compás de las horas preparó el almuerzo. Durmió una siesta. Repitió el ritual de todos los días.
Llegó la noche. Cenó. Rezó. Y se fue a dormir. Como todos los días, como siempre. Sin saber que ese había sido el último.

El libro“Historia de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, reconstruye toda la historia de nuestros queridos abuelos, los alemanes del Volga .

domingo, 6 de septiembre de 2015

Banda Musical RP 2000 - Recordando el Pasado vol.8 '2007'

Banda de música cervecera líder de la región de Misiones, Argentina, y las vecinas Paraguay y Brasil. En su año aniversario numero 30 grabaron este material
Album: Recordando el Pasado vol.8
Bitrate: 128
Tamaño del archivo: 58.7 Mb
Caratulas: Frontal
Año: 2007
01- Espalha brasa.
02- A don reinaldo.
03- Canela manzana
04- Moçinho aventurero.
05- Una noche.
06- Tico tico en 1976.
07- Tico tico
08- Papito mio.
09- La nueva bailanta.
10- Kuckucks walzer.
11- Me pica el bicho.
12- Die marie und die gred.
13- Heimad los.
14- Colono computa.
15- Acuario.
16- Shon shop fest.
17- Mbopicua polca.
18- Un mensaje.
19- Bezerro.
20- Hasta el fin del mundo.
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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Educación e idioma entre los alemanes del Volga: Cómo aprendían los colonos

Lo que sigue son apuntes sobre la vida intelectual de los inmigrantes alemanes provenientes de la lejana Rusia, quienes al afincarse en tierra entrerriana debieron adecuarse al nuevo entorno socio-cultural.
Cuando los alemanes llegaron a Rusia y lograron establecerse, luego de fundar las aldeas a orillas del Volga, debieron hacerse cargo del sistema educativo, pues el gobierno ruso estuvo siempre ausente en este aspecto.
Alrededor del 80% de la población era analfabeta. La instrucción primaria no estaba al alcance de todos y era un tema menor para la Corona rusa. Alemania sin embargo era uno de los países más avanzados en educación.

Las dos prioridades en Rusia fueron establecer Iglesias y fundar escuelas para un crecimiento armonioso de todas las áreas de la vida y no solamente el económico.
El sistema educativo en el Volga fue sostenido siempre por los colonos, el gobierno jamás aportó nada.
En la primera generación de pobladores alemanes en Rusia, el puesto de maestro fue cubierto por quienes contaban con algún título o preparación traído de Alemania. Muchas personas habían pasado por las escuelas de enseñanza superior.
Ellos se esforzaban por transmitir sus conocimientos y tratar de formar algunos maestros para las futuras generaciones. Pronto, los maestros y personas preparadas fueron escasos y los pastores y sacerdotes debieron ocuparse de la educación por ser los más instruidos de la comunidad.
Pero los clérigos ya estaban superados de trabajo, no les quedaba mucho tiempo para ocuparse también de la enseñanza. Por lo tanto esa tarea fue derivada al “sacristán” que con el pasar del tiempo fue conocido como “Lehrer” (maestro) y más adelante, maestro de escuela, “Schulmeister”.
Estas personas eran responsables de muchas actividades en la aldea. Eran maestros, dirigían el coro de la iglesia, hacían los registros de nacimientos y fallecidos, cobraban las cuotas para el mantenimiento del culto y mucho más.
En Argentina la educación de los inmigrantes también estuvo relacionada con la Iglesia, ya que no había escuelas y generalmente se construía una habitación contigua al templo donde se impartían las clases, o se hacía en la misma Iglesia.
Con el correr de los años fueron construyendo edificios independientes de la Iglesia para la educación. Los maestros atendían a todos los grados a la vez, medio día en castellano y la otra mitad de la jornada en alemán.
Los sábados se impartía enseñanza religiosa. En el caso de los evangélicos debían aprender de memoria el catecismo de Lutero, los diez mandamientos, el Credo, el Padrenuestro, muchos versículos bíblicos y los himnos que se cantaban en los cultos. Todos en una misma aula y con un solo pizarrón.
Los hijos de los colonos sabían hablar solo en dialecto alemán, por lo tanto el mayor problema eran las clases en castellano. Las lecciones en castellano muchas veces eran aprendidas de memoria sin entender una sola palabra de lo que decían. La instrucción en alemán era más fácil, ya que se basaba fundamentalmente en la lectura y escritura.
También se aprendía geografía, historia y literatura alemana. Algunos maestros prohibían hablar en alemán en los recreos y se castigaba a quienes no cumplían. Los alumnos asistían a clase con una especie de pizarra muy fina enmarcada en madera, y un lápiz cuya escritura era similar a la tiza y fácil de borrar. Un cuaderno de caligrafía y otro de lectura. La “mochila” era una bolsa que cocían las madres con bolsas de arpillera que se podía colgar del cuello.
La disciplina era muy severa y era común recibir azotes ante un error en la tarea. Las escuelas eran privadas y el sueldo del maestro era pagado por los padres de los alumnos. A la vez el programa de enseñanza lo determinaba el gobierno provincial y cada tanto había inspectores que hacían visitas.
Generalmente los maestros eran personas de origen alemán que llegaban al país para la exclusiva función de enseñar. En su mayoría eran muy estrictos y severos. Todavía quedan ex alumnos de estos maestros que tienen recuerdos tristes.
También hubo algunos que se hicieron querer mucho. Wilhelm (Guillermo) Welp fue maestro en varios lugares de Entre Ríos, entre ellos en la Colonia Stauber, Irazusta. Nació en Bielefeld y después de combatir en la Primera Guerra Mundial, donde obtuvo la Cruz de Hierro y medalla al valor, decidió instalarse en Argentina. Conoció a Susana Spomer, una descendiente de alemanes del Volga de la colonia El Potrero, con quien se casó.
Formó su familia y vivió en la colonia durante algunos años donde era el maestro de alemán y castellano. Se hacía respetar mucho, pero sin llegar a generar miedo en los alumnos. Enseñaba todas las materias y además canciones, teatro y poesías. Todos los ex alumnos de Guillermo con los que pude hablar dijeron que fue un maestro muy querido. Lamentablemente falleció en un accidente de tránsito cuando ya había dejado la tiza y el pizarrón para dedicarse a la apicultura.
Algunos alumnos vivían relativamente cerca de las escuelas pero otros no tanto y debían asistir en caballo, sulky o carro. Con el viaje de ida y vuelta, la clase en castellano y luego la de alemán, el día se hacía largo y estaban muy ocupados.
A la noche, ya de vuelta en sus hogares, después de la cena había que hacer los deberes sin chistar, bajo la mirada de los padres.
Al llegar los alemanes del Volga al país, era presidente el doctor Nicolás Avellaneda. Argentina apenas contaba con dos millones de habitantes, de los cuales su mayoría era analfabeta.

La lengua

La cultura de los Alemanes del Volga posiblemente esté relacionada con el constante movimiento migratorio que vivió a partir del siglo XVIII, cuando partieron de Alemania. Una cultura representada por objetos simbólicos más que materiales, debido al constante movimiento en busca de nuevos lugares para vivir.
Tal vez eso fue lo que desalentó el desarrollo de emprendimientos industriales o artísticos como lo hicieron otros grupos que gozaron de mayor arraigo.
Asimismo ese constante caminar hizo que se fortalecieran los bienes que podían llevarse consigo cada vez que hacía falta migrar a otro lugar. Desarrollaron una extensa y rica tradición oral. Dicha tradición se expresa a través de la música y el habla.
Los Alemanes del Volga hablan dialectos pertenecientes al “Alto Alemán”.
El alto alemán es el que dio origen al idioma actual literario y el bajo alemán al inglés y neerlandés entre otros. Un ejemplo del bajo alemán es el que hablan los menonitas.
Si bien el alemán literario no fue usado en la legua coloquial, se usaba en los libros, la iglesia y la escuela. En el trato cotidiano siempre se usaron los dialectos. No todas las aldeas en el Volga y luego en Argentina usaban el mismo dialecto, pues el lugar de origen no era el mismo.
Cada grupo llevó hasta Rusia el dialecto que usaba en su ciudad de origen en Alemania. Lo mantuvieron en Rusia mientras vivieron ahí y luego lo trajeron a la Argentina y otros países de América.
Si un descendiente de alemanes del Volga que todavía mantiene su dialecto, fuera a la ciudad de origen de su ancestro en Alemania hoy en día, se sorprendería por la similitud entre la forma de hablar que tiene cada uno a pesar de las variaciones que pudo sufrir con el correr de los años.
Los idiomas van sufriendo cambios con el paso del tiempo, y en especial los dialectos, ya que no quedan de forma escrita, sino oral. Los que llevaron los alemanes a Rusia también sufrieron estos cambios, si bien cada aldea mantenía el suyo, inevitablemente tuvieron que relacionarse entre ellas y comenzó a mezclarse. Esta mezcla hace que cada uno de los dialectos pierda y adquiera algo. En los casos en que preponderaba uno más que otro, del “derrotado” solo quedaban algunos rastros.
Estas formas de hablar han sufrido cambios no solo por mezclarse con otras y con los habitantes de Rusia, sino también para la designación de cosas nuevas y la incorporación de palabras.
En el libro “Los alemanes de Rusia” de Jakob Riffel, el autor pone algunos ejemplos de cosas que los alemanes no conocían cuando salieron de su país y a las que debieron ponerle un nombre. A la bicicleta la llamaron “Tretwage” que literalmente significa carro para pedalear y una locomotora fue nombrada “Feuerwagen” carro de fuego. El avión es “Luftschiff”, barco volador.
En Rusia el grupo no sufrió mucha influencia del idioma local, aproximadamente 800 palabras fueron las que incorporaron a sus dialectos. Sin embargo en Argentina, donde la comunidad no se desarrolló tan aisladamente como en Rusia, fue necesaria la implementación del castellano para interactuar con las personas locales. No solamente con la incorporación de palabras sueltas sino a la formación de oraciones completas para expresarse.
Muchas personas se hicieron mayores viviendo en Argentina y sin embargo nunca aprendieron a hablar en castellano. Estas personas consideraban que no era necesario aprender, pues entre ellos se entendían perfectamente en alemán.
De la misma manera, la mayoría de las personas que vivieron en las orillas del Volga, nunca aprendieron a hablar en ruso. Por suerte el gobierno insistió con que los niños en edad escolar hablen, lean y escriban el idioma nacional. Goethe dice: “Cada provincia ama su dialecto, pues en verdad es el elemento del cual el alma saca su aliento”.
Y el alemán del Volga tiene un fuerte apego por su dialecto. Es una de las partes más íntimas de la persona. El sonido le resulta agradable y en ningún otro idioma uno puede expresarse con tanta claridad como con el idioma materno. Con una sola palabra se puede expresar mucho, mientras que para lo mismo, hacen falta frases muy largas en otros idiomas.

El maestro Fritz

Friedrich “Fritz” Knochenhauer nació el 23 de febrero de 1883 en Alemania. Llegó a la Argentina en 1912 para ocupar el cargo de maestro en aldea Santa Celia, departamento Gualeguaychú. Dictó clases en alemán y en castellano.
Los relatos de personas que estuvieron en su clase y familiares de alumnos de este maestro, no lo favorecen mucho.
Es descrito como una persona violenta y autoritaria. En general todos los maestros alemanes eran muy estrictos. Fritz se había fanatizado con el régimen nazi y demostraba cierto odio hacia los alemanes de Rusia. La gente de la aldea lo comparaba por su aspecto con Adolfo Hitler, inclusive llevaba un bigote igual al del Führer.
Los alumnos respetaban mucho a “Fritz”, pero en realidad lo que sentían era miedo. Sobre su escritorio o empuñándola siempre, tenía una delgada vara para golpear contra la mesa, el pizarrón o algún niño al que le costaba aprender.
Una ex alumna, me relató que en una oportunidad pretendía que un chico pronunciara correctamente la palabra “rueda” pero al niño le salía decir “róida”. Tantas veces le gritó y exigió al decir correctamente la palabra hasta que en un ataque de ira tomó al pequeño de su brazo, lo arrojó al suelo, apoyo un pie sobre el cuerpo y lo golpeó con la vara muchas veces, a la vez que lo insultaba.
Otro fue el caso de un alumno que recibió un golpe tan fuerte en la frente que le produjo una lastimadura y tuvo que volver a su casa antes de finalizar la clase. Los padres jamás se quejaron del maltrato que recibían los niños en las clases de Knochenhauer ni en las de ningún otro maestro. Es sabido que algunos padres les daban instrucciones de pegar a sus hijos para que aprendan.
Los primeros años de clases en aldea Santa Celia, se daban en el templo, se colocaba un pizarrón a mitad de la Iglesia de manera que el altar quedaba atrás y otro pizarrón del lado donde estaba la puerta. Entre los dos pizarrones se enseñaba. Algunos años Fritz llegó a tener más de cincuenta niños en sus clases. Irónicamente el apellido alemán Knochenhauer en su traducción literal al castellano significa “Picador de huesos”.

Por Leandro Hilt
Fuente: eldiaonline.com

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