Las cocinas a leña están ligadas a nuestros recuerdos de la niñez. Allí mamá horneaba y cocinaba las cosas más ricas: menús típicos y tradicionales que nuestros abuelos y abuelas trajeron consigo de allá lejos, en el espacio y en el tiempo. Füllsen, Dünekuchen, Kreppel, Kleis, el lechón al horno con papás… y tantas cosas más, cada una más sabrosa que la otra.
La pava grande con agua caliente. El mate siempre listo. El horno preparado. Y nuestras madres junto a la cocina a leña elaborando recetas que heredaron de sus madres y estas, a su vez, de las abuelas, y así generación tras generación.
Y nosotros, cuando niños, jugando junto a su calor, que abrigó nuestros sueños y esperanzas y nos llenó el alma de ilusiones y el cuerpo de riquísimas comidas. De sabores y aromas. De recetas y recuerdos que nunca debemos olvidar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario