domingo, 27 de marzo de 2022

Una de las tantas tareas que realizaban las mujeres en verano

 Cuenta mi madre que mi abuela y sus cinco hijas se sentaban alrededor de la mesa a pelar y quitarles el carozo a baldes y baldes de ciruelas, que cosechaban de los frutales que tenían en el fondo del patio. Lo hacían generalmente bien temprano a la mañana, con el fresco del amanecer. Y también para que no hubiera tantas moscas molestando su quehacer. A esa hora de la mañana la casa, que era de adobe, estaba fresca. Las cortinas se mantenían cerradas para que no hubiera tanta luz y el ambiente se mantuviera fresco.

 

Pelaban las ciruelas, les quitaban el carozo, y las arrojaban dentro de una enorme fuente. Cuando estas se llenaban, abuela la tomaba y se dirigía a la bomba para lavar las ciruelas ya peladas y descarozadas. Después regresaba a la cocina y las arrojaba dentro de una enorme cacerola con agua que estaba sobre la cocina a leña. En esa enorme cacerola se cocinaban kilos y kilos de dulce de ciruela. Tarea que llevaba sus horas y sus días. Porque no solamente se elaboraba dulce de ciruela sino también de higos, duraznos, manzanas, peras, tomates, zapallo.
Una vez cocinada y fría la preparación se trasvasaba a frascos de todos los colores y especies, que abuela y los niños lograban reunir a lo largo del año. Pidiendo aquí y allá a vecinos, familiares y amigos. De más está decir, que el que colaboraba con frascos recibía uno lleno para probar el dulce cocinado en la ocasión.
Finalizado este proceso, los frascos eran sellados y estibados en un lugar fresco y seco, generalmente un sótano o en el Schepie. Bajo el estricto control de la abuela, que mantenía un justo equilibrio y decidía cuando abrir uno, los dulces duraban hasta la cosecha del año siguiente y a veces más allá.
La vida secreta, oculta, imperceptible de las mujeres alemanas del Volga cobra vida en las páginas del libro "La vida privada de la mujer alemana del Volga" y todas las recetas, comidas, postres, dulces, conservas, panes, bebidas y demás elaboraciones conservadas por siglos de generación en generación ahora recopiladas en un libro único "La gastronomía de los alemanes del Volga"

Autor: Julio César Melchior

domingo, 20 de marzo de 2022

Die Dorfmusikanten - Gern '2016'

Album: Gern
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 49.2 Mb.
Caratulas: Frontal y Trasera
Año: 2016
Sonido: Excelente
01- Mein Vater war ein Wandersmann
02- Ruts Tuts
03- Ecos de trompeta
04- Mein schatz hat Blaue Augen
05- Frölich und mit Ernsten Wogen
06- Marcha del duende
07- Zigge zagge hoi hoi hoi
08- Tío Mederico
09- Criando sapos
10- Clarinet Polka
11- Rosamunde
12- Marichen sas Weinet im Garten
13- Mi bien amada
14- Oh Susana
Descargar    Resubido

domingo, 13 de marzo de 2022

¿Cómo era la vida diaria de una familia alemana del Volga?

El abuelo había encendido el horno de barro con plantas secas de girasol, maíz, cardo más marlos, chalas, cabezas de girasol, ramas que los niños traían de la vera del arroyo cuando iban a pescar, bosta de vaca, mientras la abuela tenía levando varios panes, dentro de latas de dulce de membrillo ennegrecidas por el uso, y otros tantos Dünnekuche en fuentes fabricadas por el abuelo con retazos de chapas, obtenidos aquí y allá, en los basurales o gracias a la generosidad de los vecinos.
La chimenea del horno de barro despedía humo negro en el amanecer del verano, con los niños alimentando el cerdo encerrado en el chiquero, esperando el tiempo de la carneada, para hacer chorizos y embutidos, en el invierno, ordeñaban la única vaca de la familia que prodigaba la leche que se utilizaba en la casa, regaba y carpían la quinta, donde producían abundante verdura y hortalizas, cuidaban los frutales y limpiaban el gallinero, de donde la familia se aprovisionaba de huevos y de carne de pollo, gansos, patos, pavos y otras variedades más, como algún avestruz, que daba carne y plumas para fabricar plumeros, lo mismo que las plumas de pato servían para hacer suaves y hermosas almohadas. 


Otros barrían el patio con una escoba casera, fabricada con rama de los árboles, acacias, eucaliptos. Sobre todo las mujercitas que también se ocupaban de todos los quehaceres de la casa. Hacer las camas, ventilar las habitaciones, barrer prolijamente el piso de tierra de la vivienda de adobe, apisonándolo, afirmándolo, con un poco de agua y un trapo de piso hecho con bolsa de arpillera, lavar la ropa en los grandes fuentones de chapa acarreando agua con los baldes desde la bomba y tenderla, en el tendal que se levantaba al fondo del patio, para que le sol y el viento la secara. Mientras una niña baldeaba la letrina con un líquido popularmente conocido como “fluido” o con lejía. Las paredes se pintaban con carburo que se obtenía juntando los deshechos de las soldaduras que realizaba el herrero y se diluía en agua. Con esta misma preparación se coloreaban las paredes de la casa, afuera de blanco, y dentro se recurría a la fabricación de colores caseros utilizando no sólo la imaginación sino inteligentes estratagemas, como desteñir productos naturales para crear anilina, para después proceder a la decoración generando un símil empapelado. 

Autor: Julio César Melchior

domingo, 6 de marzo de 2022

Johann Gelroth - Polcas y Valses Vol02 '2013'

Album: Polcas y Valses Vol02.
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 32.1 Mb.
Caratulas: Frontal.
Año: 2013.

01- A don Alejandro
02- Schottis tradicional
03- Pegado a tu sombra Polka
04- Polka popular 2
05- Vals Tradicional
06- Wein Polka
07- Bailare con mi amor
08- Polca Maravilla
09- A mis jovenes bailarines
10- Don Fritz Vals
11- Acordeonistas montañez
12- La del vestido rojo
13- Cuando mi mujer me hace rabiar
14- Es Wollt' ein Mann
15- La ilusion de arturito
16- Cristina mi amor
17- El que ha encontrado el amor
18- Polka popular 5
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