domingo, 29 de septiembre de 2019

Impensada travesura por culpa de una pelota de cuero número cinco

Luis era hijo de don Pedro Enrique Streitenberger, el hombre que poseía la casa más grande y más bella de la colonia. Construida en la calle principal, cerca de la iglesia, la vivienda se destacaba no solamente por su grandeza y su belleza, sino también por la calidad y la ornamentación de sus puertas y ventanas y por poseer un baño con inodoro, lavatorio con canillas y una ducha con una tina enorme, en vez de un rústico Nuschnick, levantado a treinta metros de la casa.





Luis tenía diez años y acceso a todos los juguetes que eran posibles comprar en la ciudad, cada vez que don Pedro Enrique Streitenberger viajaba para realizar algún tipo de transacción comercial, como vender el trigo de la cosecha, comercializar los vacunos o comprar algún tipo de herramienta moderna.
Fue así que un día, Luis deslumbró a sus amigos con una pelota de fútbol de cuero, para más datos una número cinco, y un par de botines, también de cuero.
La novedad recorrió la colonia y en segundos una multitud de niños curiosos llenó el baldío donde habitualmente jugaban al fútbol.
Luis se convirtió rápidamente en el niño más popular y en el niño cuya amistad todos deseaban. Pero, en todas las relaciones humanas siempre hay un pero, Luis no quería ser amigo de todos los niños sino de los que él juzgaba merecedores de poder acceder al privilegio de jugar con su balón y acceder a su casa. Algo de lo que muy pocos podían presumir. Ya que en la colonia no todos estaban en su nivel social. Ni siquiera cerca.
Así que esto originó un conflicto entre los niños, que desembocó en varias grescas que se resolvieron a golpes de puño durante los recreos, y en un problema mayúsculo para los otros padres, la mayoría humildes peones de campo, que no encontraban la forma de explicarles a sus hijos que, para ellos, era económicamente imposible comprar semejante regalo para sus hijos. Comprarlo hubiese significado no comer durante semanas o, quizá, hasta meses.
El revuelo infantil se prolongó durante casi un año, hasta que otro niño, de once años, el gordo Scheffer, como lo conocían sus camaradas, se cansó de pedirle, primero prestado el balón, y después rogarle que lo deje participar en los partidos que se armaban en el baldío, aunque más no sea como arquero, le robó un cuchillo a su madre y le destrozó a Luis su amada pelota de cuero número cinco metiéndole seis tajos.

Autor: Julio César Melchior

domingo, 22 de septiembre de 2019

Revelacion Alemana - Por la Panza, sos Casao!!! '2018'

Album: Por la Panza, sos Casao!!!. 
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 46.9 Mb.
Caratulas: Frontaly Trasera
Año: 2018
Sonido: Excelente.
01- Bretzel y Cerveza.
02- Polca do Fritz.
03- Que bien bailas - Alegre es la vida de los gitanos.
04- Comiendo salame - En el parque del lago.
05- A lucas Gonzalez.
06- Polca Campechana - La Ilusion de Arturito.
07- Si dijieras que si - Agachate Santiago
08- Dejame intentar.
09- Dejala sola señora.
10- Por la panza sos casao.
11- Esta noche te gateo.
12- Linda es la Juventud.
13- El pescadito 2.
14- Que trompadon.
Descargar  


Agradecimiento Especial a Ruben Abel Eichhorn de General Ramirez  por compartir esta material

domingo, 15 de septiembre de 2019

El viejito del acordeón

El viejito del acordeón dejó de tocar. Una lágrima rodó por su mejilla arrugada y triste. Como un río hacia el vacío. Sin ayer, sin pasado ni recuerdos. Apenas un surco que el llanto iba abriendo en el rostro sembrando melancolía en quien lo observaba. Sus ojos brillaron como dos estrellas moribundas. Suspiró hondo, muy pero muy hondo, como buscando aferrarse a una última esperanza. Pero fue inútil. La hora había llegado. El tren estaba a punto de partir. Ya no había posibilidad de retorno. Estaba en el andén y tenía que subir. Tartamudeó unas palabras… Inaudibles. Roncas. Ásperas. Que se iban muriendo con él.

Cerró los ojos -Los parroquianos del bar lo observaban estupefactos y expectantes-. Reclinó la cabeza. Colocó las manos sobre el acordeón y torpemente comenzó a tocar el himno al amor que lo acompañó durante toda su vida: “Wen ich komm”. Un acorde, dos, tres, cuatro… Cada vez más espaciados y más desafinados… Hasta que por fin la música se volvió un sonido desafinado y agudo. Como una exhalación. Como un último suspiro.
Silencio. Quietud. El viejito del acordeón quedó petrificado, aferrado a su instrumento como una estatua. Los ojos bien abiertos. Las pupilas se le iban secando, apagando el cristal de sus bellos y marchitos ojos celestes…
Los parroquianos, desconcertados, fueron saliendo de su estupor… Se acercaron con cautela… Para descubrir que el anciano había fallecido delante a ellos.

 Autor: Julio César Melchior

domingo, 8 de septiembre de 2019

Adler's Band - Volumen 01

Adlers-Band fundada en 23-11-1990 en la ciudad de Jaraguá del sur - SC, iniciando con ocho integrantes 04 músicos de Soplo y 04 de Base actuamos desde entonces en Bailes, Bodas, Formaturas y Fiestas Típicas de la Región teniendo como foco principal los Clubes de Caza y Tiro y Sociedades de SC - PR - SP - Brasil
Album: Volumen 01. 
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 57.9 Mb.
Caratulas: Frontal
Año:-
Sonido: Excelente.
01- Mach jedem tag zum feiertag
02- Kammerfenteräepp
03- Hurra die musik ist dahr
04- Madona Del corona
05- Sonnenschein und  wolkenbruch
06- Mein  zillertal
07- Frühlingsmarsch
08- Dahr  hom  ist dahr hom
09- Anthon aus  tirol
10- Trennen passen nicht zu dir
11- Eine nacht  in Venezia
12- Die süsse aus den  sauerland
13- Heut troem  ich Von glück
14- Cabriole
15- Rock,n roll in zillertal
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domingo, 1 de septiembre de 2019

Tradiciones y costumbres de Corpus Christi de los alemanes del Volga

Para la fiesta de Corpus Christi, los alemanes del Volga desplegaban sus galas en la ornamentación de Kapeller: cuatro capillitas construidas dentro del patio de la iglesia, cada una de las cuales ocupaba estratégicamente un punto cardinal, como asimismo estaban al cuidado y la protección de un barrio que para esa fecha trascendente se encargaba de adornarlo. Die Kapeller putzen, que así se llama la maestría de adornar las capillitas, era todo un arte, puesto que se ponía enorme creatividad en ello y un gran esmero, que se traducía en una ostentación fuera de lo común. Para ello se utilizaban las más finas sedas de brocato para revestir las paredes interiores y bellas perlas de vidrio de todos los colores. También se utilizan imágenes para realzar la religiosidad del ambiente. Mientras que en el centro se colocaba un altar con un mantel bordado con letras y motivos religiosos en oro.


Y para el día de Corpus Christi la feligresía, en procesión, abandonaba la iglesia acompañando al párroco, acompañado por otros dos sacerdotes que presidían el grupo humano llevando en alto el Monstranz (Sagrada Custodia). Los sacerdotes marchaban bajo la protección del palio. Delante de la comitiva caminaba un importante número de monaguillos que, al son armónico de campanillas que hacían sonar, a su vez eran precedidos por un conjunto de unas cincuenta niñas vestidas de angelitos, llevando canastillas llenas de pétalos o papelitos de colores, que arrojaban al aire, tapizando el camino que iba a transitar la procesión.
Detrás de todo este glorioso cortejo, estaban los escolares con sus pulcros guardapolvos blancos y la multitud de fieles: participando devotamente de la fiesta religiosa.
A medida que la procesión llegaba a los Kapeller, el sacerdote ingresaba a los mismos, y depositaba el Monstranz sobre el altar; tomaba en sus manos el Evangelio y comenzaba a leer una lectura ya preestablecida y que año a año se repetía en el mismo lugar. Los procesionantes entonaban con devoción el Tantum ergo. Seguidamente, y con profunda solemnidad, el párroco tomaba el Monstranz y levantándolo en alto, impartía la bendición.
Este acto litúrgico se reiteraba en los cuatro Kapeller. Finalizadas las ceremonias, la procesión ingresaba a la iglesia, donde se oficiaba una misa, dando por concluida la sagrada fiesta de Corpus Christi.
La fiesta de Corpus Christi se co­menzó a celebrar en Lieja en el siglo XIII, como resultado de las maravi­llosas visiones de Sor Juliana de Monte Cornillon. El Papa Urbano IV la estableció universalmente en 1264 y fijada en el calendario el jueves siguiente al domingo de Tri­nidad. Después se le asignó una Octava y una Procesión solemne declarándosela fiesta de precepto, igualándola a las más clásicas del año eclesiástico.
Para celebrar dignamente tan alto misterio como es la Sagrada Euca­ristía, Santo Tomás de Aquino com­puso el Oficio y la música. Notables son los himnos "Pange Lingua", sobre todo sus dos últimas estrofas “Tantum Ergo” y “Genitori Genitoque" y "Lauda Sion", que era un verdadero poema teológico de la Eucaristía, donde en forma rítmica y eminentemente sencilla expresó toda la delicada doctrina eucarístíca, hermanando la claridad con la profundidad y la simpli­cidad con el lirismo.
Los alemanes del Volga desplegaban sus galas y se deshacían en cánticos y alabanzas a la divina Eucaristía. Y no bastándole el recinto del templo ni la quietud del santuario, se derramaron por las calles y plazas de las colonias en devota y bulliciosa procesión, paseando en artísticas custodias y bajo el palio el Rey de Reyes, encerrado en la Hostia consagrada.
¡Paso al Sumo Sacramento! ¡Para El las flores, para El los cánticos, para El los repiques de las campanas, para El las salvas de las escopetas! (Autor: Julio César Melchior).

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