domingo, 23 de noviembre de 2025

Girasoles y luciérnagas

 Las noches de verano en mi aldea eran una sinfonía de rituales sencillos. Después de cenar, un 
murmullo de vida se despertaba en las veredas. Con mi madre, salíamos de la casa, llevando sillas y un plato hondo lleno de semillas de girasol, un tesoro que nos prometía horas de deleite.
Nos sentábamos en la vereda, y mamá abría cada semilla con una precisión que yo envidiaba. Pronto, las veredas se llenaban de vecinos. El sonido de las cáscaras de girasol al romperse era un suave crac-crac, una banda sonora que se unía a las conversaciones animadas. Era el momento de compartir las novedades del día, de reír a carcajadas por una anécdota y de sentirnos parte de algo más grande.
Mientras los adultos hablaban, el mundo se abría para nosotros, los niños. Mis hermanos, mis amigos y yo nos volvíamos fantasmas en la oscuridad, moviéndonos de un lado a otro. La rayuela, dibujada en la calle de tierra que brillaba bajo la luz de un farol lejano, era una invitación a saltar. El juego de la mancha nos hacía correr y gritar con una energía inagotable.
Pero nuestro juego favorito era la caza de luciérnagas. Con frascos de vidrio en la mano, nos adentrábamos en el jardín o en los patios baldíos, persiguiendo esas pequeñas estrellas que parpadeaban en la hierba alta. El aire se llenaba de nuestra emoción, de nuestros susurros y risas silenciosas. Atrapábamos las luciérnagas, las metíamos en el frasco y las observábamos, creando una linterna mágica que brillaba en la noche. Después, con un sentimiento de respeto, las liberábamos, devolviendo su luz al universo.


 Ahora, lejos de la aldea, en una ciudad donde el ruido ahoga las conversaciones y las luces de neón ocultan las estrellas, cierro los ojos y me transporto a esas noches de verano. Puedo oler el aire fresco, escuchar el crac-crac de las semillas y sentir la emoción de atrapar una luciérnaga. En esos recuerdos, no éramos solo niños jugando. Éramos parte de un ritual antiguo, de una conexión que se tejía en la oscuridad, a la luz de las estrellas y el brillo fugaz de nuestros pequeños insectos de luz.

Autor:  Julio César Melchior.      

domingo, 16 de noviembre de 2025

Grupo Tentacion - Un Estilo Diferente '2000'

Album: Un Estilo Diferente.
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 50.2 Mb.
Caratulas: Frontal
Año:  2000
Sonido: Excelente
 01- Morenita linda.
02- vals de mi viejo.
03- Mi Maria.
04- Niña mia.
05- Voy a buscar mi negra.
06- Polca popular.
07- Mendoza.
08- Mi negra.
09- Colonia La llave.
10- Y te sigo queriendo
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domingo, 9 de noviembre de 2025

El jardín de la abuela

 Pasa el tiempo, los meses y los años, y todavía la veo a mi abuela arrodillada en la tierra, al frente de su casa, trasplantando plantines de diferentes variedades de flores. Rodeada de rosas, margaritas, petunias, amapolas, en una escena multicolor. El zumbido de las abejas y algún colibrí yendo de flor en flor.
Mi abuela tenía un cuchillo gastado, para realizar  los hoyos en la tierra donde ubicar los plantines, una azada vieja para carpir y un rastrillo antiguo, porque no solamente trasplantaba sino que mantenía una ardua lucha con los rebeldes yuyos que se atrevían a invadir su jardín, que siempre  lucía limpio, ordenado y sumamente pulcro.


 Mi abuela regaba con una regadera y un balde, mientras sacaba agua con la bomba, que ella misma bombeaba. En su casa no había motores, mangueras ni regadores o rociadores artificiales. Todo eso vino después, cuando ella ya no estaba.
Se levantaba bien temprano a la mañana, pasaba por el baño, encendía la cocina a leña, calentaba agua y preparaba mate. Y sorbiendo el primer mate, salía al patio, a recorrer su jardín, a controlar si durante la noche no había habido una invasión de hormigas, o alguna otra plaga. Cortaba las flores y las hojas secas. Las guardaba en el enorme bolsillo de su delantal, para no ensuciar el patio. Luego retornaba a la cocina y terminaba de tomar mate, mientras comía un poco de pan con manteca y miel, para finalmente salir a regar. Porque abuela regaba a medida que amanecía y cuando anochecía, cuando el sol comenzaba a irse a dormir. Mi abuela, como ya se habrán dado cuenta, adoraba su jardín y amaba las flores. 

Autor:  Julio César Melchior.     

domingo, 2 de noviembre de 2025

Gringo Brzezñiaskiewicz - Gringo Brzezñiaskiewicz '2009'

Gringo Brzezñiaskiewicz, talentoso y popular acordeonista, referente de la música de las colectividades extranjeras que hicieron grande de Chaco
Album: Gringo Brzezñiaskiewicz.
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 37.2 Mb.
Caratulas: -.
Año: 2009.
Sonido: Excelente.

01- Alegre Parquesito.
02- Sin titulo
03- De fiesta en fiesta.
04- Enganchado
05- Apostoles Ciudad de las Flores.
06- Guiterras, Tequila y Canto.
08- La Calandria.
09- La Mentirosa.
10- Manojito de Clavel
11- Sn titulo
12- Pricion de Amor
13- Un Cozaco en el Chaco
14- Y que el Baile no termine.
Descargar    Contraseña: musicadelvolgayalgomas

Agradecimiento Especial a Damian de Saenz Peña, Chaco  por compartir este gran material.

domingo, 26 de octubre de 2025

domingo, 19 de octubre de 2025

Los Gringos del Volga - En Vivo '2014'

Album: En Vivo
Bitrate: 128
Tamaño del archivo: 38.7 Mb
Caratulas: Frontal y Trasera
Año: 2014
01- Polka de la Amistad.
02- Polka rusa tradicional.
03- Vaneron.
04- Ritmo de ranchera.
05- En obera y campo viera
06- El liston.
07- Amor y celos.
08- Valseado tradional.
09- Cumbias del volga.
10- Polkas enganchadas.
11- Ritmo de chamame.
12- Para Carlitos y Neli.
Descargar    Contraseña: musicadelvolgayalgomas

Agradecimiento Especial a Ruben Abel Eichhorn de General Ramirez  por compartir este material.

domingo, 12 de octubre de 2025

El gallinero de la abuela

 El gallinero de la abuela no era solo una estructura más al fondo del patio; era el corazón latente de la vida de los alemanes del Volga en tiempos difíciles. Allí, entre el cacareo de las gallinas, el graznido de los patos y el paso ceremonioso de los gansos, se gestaba la subsistencia de la familia.
Este espacio, humilde pero vital, era una fuente inagotable de huevos, imprescindibles para amasar los alimentos tradicionales que tanto añoraban y valoraban nuestros ancestros. ¿Qué sería de los domingos sin esos fideos caseros estirados con paciencia infinita, o sin los reconfortantes Wickel Nudel o Wickel Kleis que calentaban el alma en los inviernos crudos? Cada huevo era una promesa de sabor, un ingrediente fundamental para mantener viva la herencia culinaria que los unía a su tierra de origen.

 

Pero la función del gallinero iba más allá de la mera gastronomía. Cuando la vida se volvía particularmente difícil, y la escasez golpeaba las puertas, las aves ofrecían su carne como una valiosa fuente de alimento. No era una decisión ligera; cada animal representaba un esfuerzo y un cuidado, pero su sacrificio aseguraba que la familia tuviera algo en la mesa. Era una demostración de la resiliencia y la capacidad de adaptación de estos colonos, que supieron transformar la adversidad en oportunidad, aprovechando cada recurso con ingenio y gratitud.
El gallinero era también un espacio de aprendizaje y de transmisión de costumbres y tradiciones. Los niños crecían observando a la abuela, aprendiendo a recoger los huevos con delicadeza, a alimentar a las aves, y a entender el ciclo de la vida y la muerte en el campo. Estas vivencias cotidianas forjaron el carácter de generaciones, inculcando valores como el trabajo duro, la autosuficiencia y el profundo respeto por la tierra y sus frutos. Así, entre el aleteo y el canto de las aves, se tejía gran parte de la historia y la cultura de los alemanes del Volga en Argentina.

Autor:  Julio César Melchior.    

domingo, 5 de octubre de 2025

Grupo Alegría - A Toda Musica '1986'

Una verdadera reliquia con Polcas, valses, schottis y chamame.
Album: A Toda Musica .
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 27.9 Mb.
Caratulas: Frontal
Año: 1986
Sonido: Excelente. 
01- De fiesta en el galpon.
02- No te vayas de mi casa.
03- Toque chivisky.
04- Chamame.
05- Para crespo con cariño.
06- Me robaste la calabaza.
07- La hija del verdulero.
08- Ahora quien te quita lo bailado.
09- A la salida del sol.
10- Guarda la tosca
11- Ana Catalina
12- No me lleven por delante
Descargar    Contraseña: musicadelvolgayalgomas

domingo, 28 de septiembre de 2025

La inolvidable casa de adobe de la abuela

 La casa de la abuela en la aldea no era una casa cualquiera; era un pedacito de tiempo detenido, anclado en el corazón de un pequeño pueblo donde el asfalto no existía y el aire olía a tierra mojada y leña quemada. Se alzaba, humilde pero sólida, en el medio de la pampa argentina, con el río murmurando su canción eterna a lo lejos y las montañas custodiando su espalda.
Sus paredes, de un blanco encalado que el sol había acariciado por décadas, guardaban historias de generaciones. Los techos cubiertos de paja  parecían sonreír bajo la lluvia, prometiendo refugio y calidez. Y la puerta de madera, gastada por el roce de innumerables manos, era una invitación silenciosa a un mundo de paz.


En la cocina, con su gran mesa de madera y la vieja cocina a leña siempre encendida, la abuela, con su pañuelo en la cabeza y sus ojos chispeantes, amasaba el pan que sabía a infancia, preparaba comidas tradicionales que reconfortaban el alma mientras le contaba al abuelo las novedades del pueblo. El aroma a pan recién horneado y a verduras y especias frescas era el perfume constante de la casa.
Pero el verdadero tesoro de la casa era su patio trasero. Un oasis verde donde el tiempo se diluía. Unos árboles frutales ofrecían sombra generosa, y una bomba de agua fría, con su balde de hierro, era el secreto de los veranos más refrescantes. Allí, abuela cultivaba su pequeña huerta: tomates jugosos, pimientos brillantes y flores silvestres que atraían a las mariposas. Era el lugar donde los nietos aprendían a diferenciar una maleza de una planta útil, y a respetar los ciclos de la naturaleza.
Con cada visita, la aldea y la casa se grababan más profundo en el alma. La gente del pueblo, los sonidos de sus calles, el canto de los gallos al amanecer, las conversaciones tranquilas de las mujeres que compraban carne junto al carro del carnicero. Todo era parte de ese universo particular que era la casa de la abuela en la aldea.
Hoy, incluso cuando la abuela ya no está y la casa ha cambiado de manos, el recuerdo de ese lugar permanece intacto. Es un eco en la memoria, una sensación de arraigo y pertenencia. Es la imagen de un refugio donde la simplicidad era la mayor de las riquezas, y el amor, el cimiento más fuerte.

Autor:  Julio César Melchior.    

domingo, 21 de septiembre de 2025

Super Banda Estrella y Kikeband - Hermanados por la Musica '2014'

Es un disco de dos interpretes de la ciudad de Parana Entre Rios, La Super Banda Estrella (Track 1 al 12) y La Kikebanda (Track 13 a 23), este ultimo con la voz de la recordada Viviana. Con diferentes estilos musicales que van de polkas hasta chamame
Album:  Hermanados por la Musica.
Bitrate: 80.
Tamaño del archivo: 45.5 Mb.
Caratulas: Frontal y Trasera.
Año: 2014.
Sonido: Excelente.
01- 5 minutos.
02- Sombrero cordobes.
03- Lagrimita yo te quiero.
04- Enganchados de chamame.
05- Copas y copas.
06- Pajaro carpintero.
07- La medallita.
08- Que tiene la noche.
09- Un abrazo a corrientes.
10- Tres gatos, tres ratas.
11- Corazon de oro.
12- Polka alegre.
13- Cuanto te debo - Kikeband.
14- La espinita - Kikeband.
15- No te supe hacer feliz - Kikeband.
16- Me muero por vos - Kikeband.
17- Tu condena - Kikeband.
18- Te lo juro yo - Kikeband.
19- Me subo me bajo - Kikeband.
20- El reloj cucu - Kikeband.
21- Auf der kalinenbruk - Kikeband.
22- Hablemos corazon - Kikeband.
23- La familia - Kikeband.
Descargar   Contraseña: musicadelvolgayalgomas

Agradecimiento Especial a Ricardo Falk por compartir otro excelente material.

domingo, 14 de septiembre de 2025

Las alpargatas agujereadas

 En otros tiempos, ver a un niño, o incluso a un adulto, usando alpargatas gastadas o con algún que otro agujero no era algo tan raro. No había vergüenza en que el dedo gordo del pie asomara o que la suela estuviera rota. De hecho, era una señal de que la vida era difícil y que se hacía todo lo posible para que las cosas duraran.


 En esos días, cuando el dinero no abundaba, la gente usaba su ingenio para hacer que todo durara. Era frecuente ver cómo los más humildes le ponían un trozo de papel de diario o un cartón a la suela de las alpargatas para darles un poco más de vida útil.
Eran tiempos más duros, sí, pero también estaban cimentados en valores más profundos que el estatus social o las posesiones. La dignidad, el respeto, la educación, el valor de la palabra, la solidaridad y la honestidad eran las verdaderas riquezas de una persona.

Autor:  Julio César Melchior.   

domingo, 7 de septiembre de 2025

El Nuevo Cuarteto Aleman y su Doble estilo Vol. 1

Album: El Nuevo Cuarteto Aleman y su Doble estilo.
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 31.2 Mb.
Caratulas: -.
Año: -.
Sonido: Excelente.
01- El Casamiento de la Abuela.
02- Alegres campesinos.
03- Zillertaler Hochzeitmarch.
04- Tu malvon.
05- Pricionero de tus brazos.
06- Lo que no sientes por mi.
07- Ojitos mentirosos.
08- Te vas en palabras.
09- La señora del Tio Federico.
10- Cachito campeon de Corrientes.
11- Quiero bailar conmigo
12- El Cepillo
Descargar    Contraseña: musicadelvolgayalgomas

Agradecimiento Especial a Ruben Abel Eichhorn de General Ramirez  por compartir este material.

El que pueda aportas las Tapas y el año de edicion de este material se gradeceria

domingo, 31 de agosto de 2025

domingo, 24 de agosto de 2025

Los Gringos del Volga - Longsom und Taitlij '2011'

El Volumen 03 de los gringos del volga con su estilo caracteristico. Son de San Martín  Buenos Aires, Argentina. Sus integrantes son Felipe Resla: voz, acordeón y animación. Walter Stecklein: teclado y percusión.
Album: Longsom und Taitlij.
Bitrate: 128.
Tamaño del archivo: 31.7 Mb.
Caratulas: Frontal.
Año: 2011.
Sonido: Excelente.
01- Polka rusa tradicional.
02- Oh du lieber Augustin.
03- En el verde bosque donde canta el mirlo.
04- Los amigos del Volga.
05- Oh Susana.
06- El sombrero verde.
07- Valseado tradicional.
08- Baile del pajarito.
09- A mi suegra Teresita.
10- Sch++én ist die jugend - Waldeslust.
11- Ritmo de vaneron.
12- Polka rusa tradicional.
13- A los que ya no estan.
14- A los amigos de Santa Anita.
Descargar   Contraseña: musicadelvolgayalgomas

domingo, 17 de agosto de 2025

Se cumplen 261 años de la fundación de la primera aldea alemana en el Volga en el Imperio Ruso

 El 29 de junio, los descendientes de alemanes del Volga conmemoran el 261 aniversario de la fundación de la primera aldea alemana en la vasta estepa del río Volga, un acontecimiento que marcó el inicio de una colonización que modificaría para siempre el destino de miles de familias cuyos descendientes, más de 100 años después, migraron a la Argentina.

 Para comprender la magnitud de esta conmemoración, es esencial transportarse a una Europa asolada por conflictos interminables. Las guerras, como la Guerra de los Cien Años (1337-1453), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y la Guerra de los Siete Años (1756-1763), habían dejado los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico devastados por la miseria, la pobreza y la muerte. Los campos estaban yermos, sin jóvenes para cultivarlos, y la desesperanza reinaba en un continente sumido en la inestabilidad política y social.


 Fue en este contexto desolador que cientos de familias alemanas tomaron la difícil decisión de migrar al Imperio Ruso. Enfrentaron un viaje extenuante, cruzando enormes distancias en precarios buques, carros y a pie, soportando climas hostiles, nieves y fríos extremos. Una vez iniciada la marcha, no había vuelta atrás. En esta travesía de valentía y resiliencia, un grupo de migrantes fundó el 29 de junio de 1764 la primera aldea en las cercanías del río Volga. En esa estepa desolada, donde todo estaba por hacerse, comenzaron a forjar una nueva sociedad. Fundaron aldeas, construyeron iglesias y levantaron escuelas, transformando un páramo en un vergel y dejando una huella imborrable en la historia. Más de cien años después, esta misma historia de perseverancia sería continuada por sus descendientes en la República Argentina.

Un viaje hacia un nuevo horizonte

La epopeya de los alemanes del Volga comenzó en 1763, cuando un grupo de familias, respondiendo al Manifiesto de Catalina II La Grande, partieron principalmente de los actuales estados alemanes de Hesse, Renania-Palatinado, Baden-Wurtemberg y Baviera. Su destino: colonizar las tierras del bajo Volga.
Embarcaron en el puerto de Lübeck, navegando por el Mar Báltico rumbo a Oranienbaum, Rusia, para finalmente dirigirse a San Petersburgo. Allí se toparon con la primera decepción: a pesar de sus diversas profesiones de origen (había farmacéuticos, médicos, abogados, ingenieros, maestros, zapateros, herreros, panaderos), se les informó que todos debían dedicarse a la agricultura y rendir fidelidad a la Corona. Desde San Petersburgo, la comitiva continuó su arduo viaje hacia el bajo Volga, buscando un nuevo horizonte para escapar de los conflictos religiosos y las incesantes guerras que habían diezmado sus tierras de origen, dejando un rastro de cosechas arrasadas, hambrunas, enfermedades y muerte.
En los primeros diez años de esta migración, unas 30.000 personas partieron de la actual Alemania. Sin embargo, como consecuencia de las inhumanas peripecias del viaje, sólo alrededor de 23.000 lograron llegar a su destino. El resto encontró su tumba bajo una cruz de madera y una cubierta de nieve, víctimas del frío, el hambre y las enfermedades.
El viaje completo, desde su tierra natal en el Sacro Imperio Romano Germánico hasta la "tierra prometida" en la región del bajo Volga, duró aproximadamente un año. Pero una vez allí, les aguardaba una desagradable sorpresa. Catalina II no solo los había elegido para colonizar campos inhóspitos y desolados, lejos de las grandes urbes y rodeados de siervos analfabetos, sino también para servir como una barrera humana de contención contra las tribus nómades que asolaban la región.
Fue en este contexto de desafíos y promesas incumplidas que, el 29 de junio de 1764, fundaron la primera aldea: Dobrinka. Este acto de fundación, que hoy se conmemora, fue el punto de partida de una historia de tenacidad y progreso, una historia que, más de un siglo después, sería continuada por sus descendientes en la Argentina

Autor:  Julio César Melchior.   

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