miércoles, 24 de junio de 2015

Colonia Madre: Colonia Hinojo

 Hinojo, situada en el centro de la provincia de Buenos Aires, es la colonia madre de los inmigrantes de habla alemana en la Argentina. El viaje lo realizaron en tren hasta Azul (punta riel, en 1878).los restantes 35 km, en carros. La fecha fundacional es el 5 de enero de 1878. Fueron provistos de tierras y semillas, a condición de pagarlas más tarde. Desplegaron una actividad tan intensa en sus labores que ya al año siguiente fueron despachados por el gobierno los primeros títulos de propiedad. En poco tiempo alcanzaron un relativo bienestar, pudiendo edificar su iglesia y escuela parroquial. Cuando las familias fundadoras llegaron a Hinojo se encontraron con casillas ya instaladas. Por suerte era verano. El gobierno les cedió para roturar las tierras tres caballos y un arado. Ya estaba efectuada la división de las chacras. Recibían un número de chacras de acuerdo a la cantidad de hijos varones. Se abocaron de inmediato a construir sus propias casas en reemplazo de las casillas. El pequeño grupo de ocho familias que fundaron a Hinojo, mantuvieron asidua correspondencia con paisanos del Brasil y Rusia, para invitarlos a trasladarse a la Argentina. De ello nació una corriente inmigratoria, que primero fundó la colonia Nievas en 1879 en las cercanías de Hinojo y tres años más tarde la colonia San Miguel, también a pocos km de la de Hinojo. El primer sacerdote que atendió la vida espiritual fue el jesuita padre Auweiler. Luego el arzobispo de Buenos Aires nombró cura párroco al sacerdote Luis Servett, que residía en Colonia Hinojo y visitaba periódicamente las Colonias San Miguel y Nievas. Al fallecer el padre Servett, los sacerdotes del Verbo Divino se hicieron cargo de la dirección religiosa, que hoy siguen ejerciendo.


De estas tres aldeas salieron contingentes para fundar más al sur las tres colonias de Coronel Suárez y de ahí continuaron fundando colonias en la Pampa..
 Dicen Popp y Dennig: “dejamos abierto un camino, nos contentamos de ir acumulando con trabajo duro y sin desmayos una obra positiva en bien del país. Por experiencia sabemos que la Patria somos nosotros mismo, todos los argentinos...y que sólo se realiza cuando todos ponemos el hombro día a día.
    “venciste en la titánica pelea,
     la tierra te entregó doradas mieses
     y el cielo te inundó con sus delicias
     sobre el sudado par de tus arneses.

      Pobre de bienes, de esperanzas rico
      Llegaste como humilde peregrino
      Repletas de ilusiones las alforjas
      Las duras manos, cuna de un destino (extraído de “Hombres rubios en el surco”).

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