domingo, 4 de julio de 2021

El amor inconmensurable de nuestras madres

Mi madre sentía un amor inconmensurable por sus hijos, un amor sin límites ni fronteras, tan profundo que hubiera dado su vida por ellos sin dudarlo, y sin embargo, jamás la escuché decirme "te quiero mucho", como tampoco jamás la vi, ni la sentí, deshacerse en caricias de ternura, en abrazos, en besos.
Para ella, el amor se demostraba de otra manera, con expresiones tales como "cuidate mucho", "abrígate", "no tomes frío", "comé que tenés que alimentarte", y en cocinar sabrosas y suculentas comidas, que era su modo natural de poner de manifiesto el infinito cariño que sentía por mí, que en ocasiones podía llegar al extremo de irse a dormir sin cenar, para que la comida alcanzara para alimentar a todos sus retoños.
Otra manera de demostrar su inconmensurable amor hacia mí y hacia todos sus hijos, era estar sentada noches enteras junto a mi cama, brindándome aliento y todos los cuidados necesarios para que me recuperara pronto. A veces, llorando en secreto; otras, rezando a escondidas.

El amor de mamá era tan infinito como eterno en el tiempo. Porque aún hoy, tantos años después de su fallecimiento, todavía me continúa protegiendo. Todavía la escucho, cuando salgo a la calle en días de lluvia, susurrarme al oído "tené cuidado, no te mojes, que te vas a enfermar" o cuando me siento a comer, aconsejarme "aliméntate bien, hijo, que hace frío".

 Autor: Julio César Melchior

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...