miércoles, 18 de abril de 2012

Aldea San Antonio

El comienzo de nuestra historia se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, en una Europa conflictuada por las ambiciones de las Casas Reinantes. Cuando reinaba María Teresa de Austria, Emperatriz de Alemania, las tierras germánicas se hallaban empobrecidas y arrasadas principalmente por dos guerras fratricidas: la de los 30 años (1618-1648) y la de los 7 años (1756-1763). Esto alentó a un fenómeno poco común: que fue la emigración a las llanuras del Volga de un numeroso contingente de familias alemanas.

Desde 1764 las colonias alemanas del Volga gozaron, además de los beneficios acordados para su instalación, de libertad civil y religiosa, del derecho de autogobierno de sus comunidades, de la libertad de instrumentar sus propias escuelas y de continuar cultivando el idioma natal.

Un siglo después, otros Emperadores cambiaron la política respecto del Imperio. Imbuídos de un fuerte nacionalismo, impusieron al mosaico de etnías y pueblos que constituían sus dominios, un vasto plan de “Rusificación”. No quedaron exentos de esta nueva política los colonos alemanes del Volga, quienes en su mayoría, prefirieron perder la floreciente prosperidad que habían alcanzado para conservar sus derechos de libertad y su personalidad nacional.
Esto determinó un segundo y definitivo éxodo para los alemanes del Volga, quienes trasponiendo los mares decidieron alcanzar las nuevas tierras de libertad que florecían en el Nuevo Mundo: Estados Unidos y Canadá, Brasil, Argentina y Paraguay.

El 18 de Enero de 1878 quedó concluida la mensura del terreno que el gobierno de la Nación destinada a la formación de la Colonia Gerenal Alvear. La entrega de las respectivas chacras se demoró, pues los colonos querían residir avecinados en aldeas, mientras los funcionarios públicos pretendían que levantasen sus viviendas en cada lote asignado.




Fieles a su tradición, costumbres y estilo de vida los inmigrantes terminaron por lograr su propósito y formalizaron cinco aldeas integradas por familias católicas y una sexta constituída por devotos evangélicos. Esta fue bautizada con el nombre de Aldea Protestante.

A comienzos de la década de 1880 la Colonia Alvear poseía unos 2000 habitantes tanto por crecimiento vegetativo como por afluencia de nuevos inmigrantes. Para salvar la insuficiencia de tierras los nuevos pobladores comenzaron a buscar nuevas tierras de labranza por medio de arrendamiento a propietarios cercanos pero, sobre todo, por medio de la formación de consorcios. Se agrupaban también formando aldeas. Las aldeas de la Colonia Alvear fueron por consiguiente aldeas madres de las que en pocos años se erigieron en el resto de la provincia.

Las tres aldeas de los Campos Floridos, San Antonio, San Juan y Santa Celia, reconocen como Aldea-Madre, a la Aldea Protestante de Colonia Alvear.

En 1887, procedentes de la Aldea Huck, de orillas del Volga, llegaron 19 familias a Aldea Protestante. Estas personas encontraron la protección de un funcionario de origen alemán, Juan Spangenberg, poseedor de 12000 has. en el departamento Gualeguaychú, donde proyectó instalar a estos colonos.

Llegaron en octubre de 1888 a destino, hallando campo virgen, con pastos naturales muy altos, vacas chúcaras que les observaban asustadas entre los árboles de ñandubay y espinillos al pasar y numerosas gamas y ñandúes que eran los únicos pobladores de tales tierras; pese al salvajismo que presentaban dichos campos no les quedaba otra que aceptarlos.
 
 
Esta aldea posee Municipio de segunda categoría y es la de mayor desarrollo de la región. Cuenta con 2.000 habitantes. Un gran porcentaje de estos son descendientes de alemanes del volga. La Aldea, está ubicada a unos 60 kilómetros de la ciudad de Gualeguaychú, a 25 km de la ciudad de Urdinarrain y 250 km de la Fundadores:
Este listado se determina de acuerdo a la mensura de campos en el año 1.895. Son ellos: Jorge Schultheis, Jorge Huck, Luis Heidenreich, Lorenzo Huck, Jacobo Siltner, Enrique Koch , Andrés Müller , Jorge Sittner, Felipe Michel , Jacobo Heidenreich, Jacobo Kindsvater, Jacobo Michel, Pedro Michel, Jorge Koch (2 lotes), Juan Koch, Santiago Sittner, Julio Spangenberg.


Hoy mayoritariamente esta aldea es descendiente de este grupo fundador.
La confesión mayoritaria es la evangélica protestante. Siendo la Iglesia Evangélica del Río de La Plata la iglesia madre de las demás evangélicas y la de mayor cantidad de feligreses. Luego le sigue la Iglesia Evangélica Congregacional y la Iglesia Evangélica Luterana Argentina. Una parte de los habitantes pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Para los emigrados de tiempos posteriores se construyó una capilla católica.
A pesar de haber transcurrido muchos años Aldea San Antonio aún contiene huellas de su pasado, en la música sobre todo, donde muchas personas del pueblo saben ejecutar un instrumento y se dedican con pasión a la música de sus abuelos, la tradicional de los alemanes del vola (Volksmusik).
Se encuentra en la plaza de la aldea el monumento a la Oma, es el homenaje a las madres de cada familia que amasaban el pan en su casa (escenifica a la mujer de Jacobo Kindsvater)
luego en las barrancas se hacían excavaciones profundas en las que se hacía fuego, cuando el improvisado horno estaba caliente, se colocaban los panes que se cocían a calor lento y resultaban muy sabrosos. Generalmente cada familia hacía el pan para una semana, eran panes grandes en los que a veces usaban hasta 3 kilos de harina por familia.


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