► Título Original: De Alemania a Rusia. De Rusia a América.
► Autor: Prof. Dr. Alejandro Guinder.
► Editorial: PUBLIVISION 1998.
► Páginas: 123
Como otrora en el Mar Rojo, Moisés había penetrado en él y abierto surco para avanzar y cruzarlo en busca de la Tierra Prometida, la Patria Prometida; así nuestros antepasados hicieron crepitar el mar aquí de verde esmeráldicos pastizales para abrir los senderos y caminos sobre la tierra aún virgen de las pampas argentinas en busca de la tierra prometida, la definitiva patria.
San Miguel, Arcángel de Dios, sin duda desenvainando su flamígera espada habrá hendido el suelo americano indicando: aquí debéis levantar a la vera del surco recién hendido, la Cruz de Cristo y la Aldea de vuestra grey y estirpe. Y Dios estará con vosotros y vuestras empresas.
Fue así que en más se confundieron las pampas verdes, los rubios trigales con el rubio de las cabelleras de sus nuevos habitantes.
Entonces comenzó la epopeya del "Gobernar es poblar", y bajo este lema nació la conquista del desierto verde, pero inculto, hasta convertirlo en el GRANERO del mundo en pocas décadas.
Desde allí en más la Cruz del Sur brilló más intensa de noche y de día, el azul del firmamento se reflejó con más profundidad en el azul de los ojos de los Colonos, cuando sobre el arado arrancaban a las tierras vírgenes el fruto de sus entrañas en forma de doradas mieses.
Coronel Suarez, más allá de San Miguel Arcángel se convirtieron pronto en las postas de avanzada por las que transitaron nuevos contingentes, como Cruz del Sur anidada en el suelo para siempre, indicando a los paisanos el rumbo al Oeste en que habrían luego de confundirse Colonias como Santa María, San José, Santa Teresa, por la que pasaran todas las caravanas rumbo a La Pampa. Año 1903, fundación de San Miguel Arcángel, madre de Colonias, ese es vuestro envidiado sino y gloria.
Junto con la bendición de Dios Eterno tuvisteis la bendición de haber tenido padres y madres de límpida y profunda fe cristiana, lo que cuajó en numerosas vocaciones sacerdotales y cristalizó en púrpura que vistieron y aún visten dignos hijos Obispos en el ámbito extenso de la República. Las madres hacendosas se multiplicaron en Hermanas Religiosas que prodigan sus desvelos para tanta juventud sedienta de fe redentora y saber humano dignificado.
Las Colonias todas y la vuestra en particular son hoy un ejemplo en medio del mar embravecido que agita y convulsiona a nuestras juventudes y sociedad entera, sin rumbo ni guías.
A la Colonia Santa María, mi pequeña patria "HEIMAT", y a sus visionarios FUNDADORES, dedico los presentes recuerdos de hijo agradecido.
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